lunes, 24 de noviembre de 2008

Violencia machista

La prisión provincial de Granada tiene un programa de prevención de la violencia contra la mujer que, en mi opinión, es más efectivo que mil campañas: hombres encarcelados por agredir a sus parejas dejan durante unas horas las celdas para narrar a grupos de escolares cómo se convirtieron en verdugos. En esas sesiones los reclusos exorcizan sus demonios. Es una experiencia muy instructiva para el que habla y para el que escucha.

Una de las principales enseñanzas que se extrae de esas charlas es que la semilla del machismo germina pronto. "No me gusta que te pongas esa falda tan corta". "¿De qué hablaste con ese chico durante una hora?". " No te pintes tanto". " No quiero que vayas sola a la discoteca". No, no, no... Es la convivencia de lo negativo. O el negativo de la convivencia. Son frases que pronuncian chavales de quince o dieciséis años, según sondeos realizados entre alumnas de instituto. La llamada violencia de género también se da entre parejas conformadas por menores.

El fenómeno de maltrato no entiende de edades. Según un estudio de la Universidad de Sevilla, el 6 por ciento de las mujeres son agredidas por sus parejas ya en la adolescencia. El problema se da más frecuentemente entre los catorce y dieciséis años, y la mayoría de las chicas - el 70 por ciento - mantiene su amistad con el maltratador. Muchas de las víctimas creen que los abusos de que son objeto son normales.


Tampoco en esos se diferencian de los adultos.

"Mis sentencias ejemplares", Emilio Calatayud ( Xuíz de menores de Granada)

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